El dólar subió veinte pesos y volvió a perforar los $1.400, a pesar de la compra del Tesoro de EE.UU.


En la tercera rueda de la semana, el dólar oficial opera este miércoles 15 de octubre con una suba de veinte pesos, a $1.405, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negocia con tendencia bajista, a $1357. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1.439 (-3,3%), y el MEP se ubica a $1.425 (-1,8%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia con un salto de $30, a $1.450.

El frente cambiario argentino no logró bajar la moneda extranjera a pesar del doble anuncio proveniente de Washington. Por un lado, el gobierno de Estados Unidos reveló que la asistencia total a la Argentina podría alcanzar los u$s 40.000 millones, una cifra que supera con amplitud las estimaciones previas y que busca consolidar el respaldo financiero al programa económico. Por otro, el Tesoro estadounidense intervino nuevamente en el mercado cambiario argentino, comprando pesos para contener la suba del dólar y estabilizar las expectativas.

overlay-clever

Los operadores interpretan que Washington decidió reforzar su compromiso con el programa argentino, no solo desde el plano político, sino también con acciones concretas sobre el mercado. El efecto fue inmediato: el dólar minorista del Banco Nación, que había escalado hasta $1.415, comenzó a retroceder, acompañado por una caída en los dólares financieros y un repunte en los bonos soberanos.

El consenso es que el giro de las últimas horas representa una señal clara de coordinación entre el Tesoro estadounidense y el Gobierno argentino para estabilizar la plaza cambiaria en la recta final previa a las elecciones legislativas. Sin embargo, el alivio no disipa las dudas: el mercado aún evalúa el alcance real del paquete y las condiciones que podrían acompañar su desembolso efectivo.

Un paquete de u$s 40.000 millones que cambia las expectativas

La confirmación de que la asistencia total a la Argentina podría alcanzar los u$s 40.000 millones provocó un viraje inmediato en el humor financiero. El anuncio fue interpretado como un gesto de contundencia de parte de Washington y como un intento de enviar una señal de confianza en la política económica del país.

El monto tiene implicancias macro y simbólicas. En términos técnicos, una cifra de esa magnitud permitiría apuntalar el nivel de reservas y ampliar el poder de fuego del Banco Central para administrar la estabilidad cambiaria. Pero, además, la decisión implica un mensaje político: el de sostener al Gobierno argentino incluso en medio de un escenario de volatilidad electoral.

El dato del monto total generó un «efecto ancla» sobre las expectativas. Muchos operadores que habían buscado cobertura en dólares comenzaron a desarmar posiciones, apostando a que el flujo de asistencia financiera reduzca los riesgos de un salto abrupto del tipo de cambio. Esa dinámica, observan, ayudó a que los dólares financieros retrocedieran de los picos alcanzados en la jornada previa.

Aun así, expertos advierten que el anuncio no garantiza estabilidad permanente. El desembolso de los fondos dependerá del cumplimiento de ciertas condiciones y de la continuidad del programa económico. En el mercado creen que la cifra actúa como un «techo potencial» que podría habilitar líneas de crédito, recompras de deuda o intervenciones cruzadas, pero cuya ejecución efectiva requerirá acuerdos políticos y técnicos aún en desarrollo.

El Tesoro estadounidense intervino y el dólar comenzó a retroceder

En paralelo al anuncio del paquete financiero, el Tesoro de Estados Unidos volvió a intervenir directamente en el mercado cambiario argentino, comprando pesos y retirando presión sobre la demanda de dólares. La operación se realizó a través de entidades internacionales coordinadas con el Banco Central argentino, y tuvo un efecto inmediato: los dólares financieros y el contado con liquidación mostraron caídas en el arranque de la rueda.

Esta maniobra marcó un cambio en la estrategia de contención. Hasta ahora, el respaldo estadounidense se había manifestado principalmente en el plano político y en promesas de asistencia futura; esta vez, la intervención fue concreta y visible, con impacto directo sobre la oferta y la demanda de divisas.

La decisión del Tesoro norteamericano buscó frenar una dinámica especulativa que se había acelerado tras el discurso de Trump. Al absorber pesos, el Tesoro contribuyó a fortalecer la moneda local y a mostrar que dispone de herramientas inmediatas para moderar los movimientos del dólar. La reacción de los mercados fue rápida: los precios de los bonos repuntaron, los tipos de cambio retrocedieron y las expectativas de devaluación se moderaron.

En la plaza interpretan que Washington quiso transmitir un mensaje de control y coordinación. No se trató solo de promesas a futuro, sino de una intervención directa destinada a mostrar que el apoyo al Gobierno argentino incluye medidas operativas en el corto plazo. Esa señal ayudó a consolidar la reversión del dólar y a disipar, al menos por ahora, la sensación de desanclaje que había generado la conferencia en Washington.

Un apoyo histórico que trajo ruido cambiario

Desde Max Capital señalaron que el encuentro bilateral representó un hito en la relación entre ambos países, al consolidar la cooperación financiera y el respaldo a la política económica argentina. Sin embargo, advirtieron que el mensaje de Trump introdujo un elemento de incertidumbre difícil de ignorar. La frase sobre la «falta de generosidad» si Milei pierde fue interpretada como un recordatorio de que el apoyo externo no es incondicional y dependerá de la continuidad del actual rumbo económico.

Los especialistas del bróker explicaron que los inversores habían internalizado la idea de un alineamiento estable entre Washington y Buenos Aires, pero el tono del presidente estadounidense reactivó la cobertura cambiaria. El mercado, sostuvieron, siempre anticipa escenarios y, frente a la posibilidad de que el respaldo financiero quede sujeto al resultado electoral, prefirió posicionarse en dólares.

Para Grupo SBS, el efecto fue similar aunque con un matiz distinto: lo que pesó no fue la posibilidad de un cambio de rumbo inmediato, sino la falta de claridad respecto de qué elección podría condicionar la relación bilateral. En un contexto donde la confianza depende tanto de la política como de la macro, la ambigüedad generó una reacción automática sobre el tipo de cambio.

Los operadores coincidieron en que los comentarios del Tesoro buscaron compensar la dureza del discurso presidencial, pero el mercado ya había reaccionado. En los hechos, la jornada posterior al encuentro mostró un dólar financiero al alza y un leve ajuste en los bonos, reflejo de una cobertura prudente ante la nueva dosis de ruido político-cambiario.

El dólar bajo presión y la lectura del mercado

Los expertos de Grupo SBS detallaron que la incertidumbre dominó el sentimiento inversor luego de la reunión. El dólar mayorista registró una suba moderada, mientras el Contado con Liquidación avanzó con mayor intensidad, impulsado por la demanda de cobertura ante posibles sobresaltos políticos.

Desde la sociedad de bolsa aclararon que parte del movimiento en los futuros de dólar se había producido incluso antes de las declaraciones de Trump, influido por los dichos del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, quien había deslizado —y luego desmentido— que el país pasaría pronto a un régimen de tipo de cambio flotante. Esa confusión comunicacional, sumada al mensaje del presidente estadounidense, generó una tormenta perfecta de expectativas.

Por su parte, los analistas de Max Capital interpretaron que la reacción del mercado fue coherente con el nivel de sensibilidad actual. En un entorno donde la estabilidad financiera depende de la percepción de apoyo externo, cualquier señal de condicionalidad —por mínima que sea— se amplifica. La combinación de un dólar más demandado y bonos en retroceso reveló un reposicionamiento táctico de los inversores a la espera de mayor claridad política.

En este sentido, expertos de la city apuntaron que la suba de los dólares financieros no debe leerse aún como una pérdida de confianza estructural, sino como un reacomodamiento natural frente a la nueva información. Sin embargo, el episodio sirvió para recordar que la calma cambiaria argentina sigue sostenida por expectativas, más que por fundamentos sólidos.

El mensaje del Tesoro: contención y límites

Desde Grupo SBS remarcaron que las declaraciones de Scott Bessent cumplieron un papel clave para contener la reacción. Su respaldo al esquema de bandas cambiarias y la aclaración de que no se exigirá cancelar el swap con China aportaron certidumbre en un momento delicado. Para los analistas, este gesto técnico contrastó con el tono político de Trump y ayudó a estabilizar parcialmente las expectativas.

Los especialistas del bróker explicaron que el mercado valoró especialmente la continuidad del diálogo técnico entre el Tesoro estadounidense y el equipo económico argentino, lo cual refuerza la viabilidad del programa de estabilización. En ese sentido, el mensaje de Bessent fue interpretado como una señal de confianza en la capacidad del Gobierno para administrar la transición hacia un régimen cambiario más previsible.

Desde Max Capital, en tanto, consideraron que la aclaración del Tesoro no logró borrar del todo el impacto de la advertencia presidencial. Aunque el respaldo financiero parece firme, la percepción de que el apoyo puede depender del resultado electoral volvió a instalar un componente político en la dinámica del dólar. Para el mercado, ese matiz es suficiente para mantener activa la cobertura.

De ahora en más, cada comunicación oficial o declaración pública deberá ser cuidadosamente calibrada. En una coyuntura de extrema sensibilidad, las palabras pueden mover más el tipo de cambio que los datos macroeconómicos.

Expectativas, gobernabilidad y lo que viene para el dólar

Los analistas de Max Capital estimaron que, en adelante, el comportamiento del dólar dependerá de dos factores: el resultado político de las legislativas y la habilidad del Gobierno para sostener la confianza de los mercados. Mientras Milei conserve capacidad de gestión y control político, el respaldo externo debería mantenerse y el tipo de cambio tendería a estabilizarse.

Para la sociedad de bolsa, los escenarios de paridad —o incluso una leve ventaja de la oposición— no serían necesariamente negativos para las valuaciones, siempre que el oficialismo logre conservar la iniciativa política. En cambio, un resultado que debilite severamente al Presidente podría reavivar presiones sobre el tipo de cambio y el riesgo país.

Desde Grupo SBS apuntaron que, más allá del resultado electoral, el mercado operará en función de la credibilidad. La política cambiaria necesita consistencia y comunicación clara. Si el Gobierno logra mantener la narrativa de continuidad y estabilidad, la volatilidad debería ceder. Pero si prevalece la ambigüedad, el dólar seguirá actuando como refugio frente a la incertidumbre.

La cumbre en Washington mostró que el respaldo de Estados Unidos a la Argentina sigue vigente, pero con condiciones implícitas. El mercado, atento, lo tradujo en precios. Para los analistas de ambas sociedades de bolsa, la principal lección es que la estabilidad del dólar dependerá menos de los anuncios económicos y más de la claridad del discurso político y la previsibilidad institucional. En otras palabras, el tipo de cambio se convirtió en el termómetro del vínculo entre Milei y Trump: cualquier desviación, por mínima que sea, se reflejará al instante en la cotización.