El presidente argentino Javier Milei ha utilizado la reciente eliminación de Boca Juniors y River Plate del Mundial de Clubes para reavivar su propuesta de privatizar el fútbol argentino.
Criticó duramente al presidente de la AFA, Claudio «Chiqui» Tapia, culpándolo por el “fracaso del modelo” actual que impide la transformación de los clubes en sociedades anónimas deportivas (SAD). Aunque Tapia ha tenido éxito con la selección nacional ganando tres torneos importantes, su oposición a la privatización lo ha confrontado con Milei.
En Argentina, los clubes aún operan como asociaciones civiles sin fines de lucro, lo que Milei desea cambiar para permitir inversión privada.
Sin embargo, sus intentos han sido bloqueados por la justicia. El debate ha vuelto a tomar fuerza tras la clasificación de cuatro clubes brasileños al torneo —tres de ellos también asociaciones civiles— en contraste con la eliminación de los argentinos. Milei sostiene que el sistema actual carece de incentivos y competitividad, mientras sus partidarios señalan el éxodo temprano de talentos al extranjero como una señal de decadencia.
Tapia y la mayoría de los clubes continúan resistiendo la privatización, citando también los problemas surgidos en ejemplos como el del club Botafogo.