Medidas de alto impacto: Milei promete levantar el cepo en junio y deja la dolarización para 2025

Con las Leliqs eliminadas de los pasivos del BCRA, la autoridad monetaria queda mucho mejor posicionada para iniciar un proceso de dolarización

El cepo cambiario se levantará en junio próximo. El presidente Javier Milei, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, ya trabajan con esa meta. En reuniones realizadas la semana pasada se volvieron a estimar los ingresos que dejará la exportación de cereales y cómo el Banco Central está comprando divisas a razón de u$s 400 millones por semana.

Con las Leliqs eliminadas de los pasivos del BCRA -ahora la deuda la tiene el Tesoro-, la autoridad monetaria queda mucho mejor posicionada para iniciar un proceso de dolarización que ya siguieron países como Ecuador. “Luego la gente decidirá si prefiere el peso o el dólar”, dicen cerca de Milei, aunque el tema no se podrá encarar antes del año próximo. “No dan los tiempos”, dijo el Presidente en medio de su viaje a Israel, donde de lo vio muy conmovido, llorando frente al Muro de los Lamentos.

Por ahora, en el equipo económico se trabaja con la meta de eliminar las restricciones cambiarias a más tardar a mitad de año. La decisión impacta de lleno sobre un debate crucial por estas horas. La pretensión de los gobernadores de coparticipar para las provincias el distorsivo Impuesto PAÍS, que grava las operaciones con divisas y recaudó en enero último la friolera de $470.000 millones.

Milei sabe que eliminar el cepo le daría un empuje enorme al sustento político que necesita para avanzar con otras reformas claves, como la impositiva y la laboral, que la Justicia del Trabajo le está trabando.

Entre marzo y junio, el Gobierno calcula que ingresarán divisas por más de u$s30.000 millones producto de las exportaciones agropecuarias. Es que habrá una cosecha importante de soja, sólo golpeada en estas últimas semanas por una intensa ola de calor que promete ir mermando hacia este jueves.

Bausili aportó otro dato clave en pos de levantar el cepo: tras la devaluación, el BCRA ya compró divisas por más de u$s6.000 millones. Hacia abril habrá sumado unos u$s13.000 millones.

El Gobierno devaluó 54% pocos días después de asumir y el dólar se disparó 118%, a $800. Pero, el mercado lo ve muy por encima de ese valor y por eso se negocia a más de $1.200, como ocurre con el Contado con Liqui.

Habrá que ver cómo evoluciona el dólar de acá a fin de año

Cerca del Gobierno dicen que se sentirían “cómodos con un dólar a mil pesos”, pero habrá que ver cómo evoluciona la divisa de acá a fin de año, cuando se esperan otros sacudones en una economía que hace agua por muchos frentes y una situación social que se deterioró a pasos agigantados tras la devaluación, las subas de precios de alimentos, bebidas y artículos de limpieza y el freno en la actividad económica que derivará en una caída del 3 por ciento en el Producto Bruto en este 2024.

Mientras el costo de levantar el cepo empieza a poblar los escritorios de los principales consultores de la City porteña, los diputados comienzan a debatir con lupa cada artículo de la ley ómnibus. Quedaron unos 330. La sesión podría extenderse tres días.

Gobierno de Milei le sigue enviando mensajes de guerra a los gobernadores: “Van a tener que entender que esta vez el ajuste les toca a ellos”, insisten. Habrá que ver cómo caerán esas bravuras en los ánimos de los diputados que deben levantar la mano, por ejemplo los cordobeses, que reclaman que no se desfinancie la segunda provincia argentina.

Milei hace trascender que jugará a fondo y está dispuesto a recortar los fondos discrecionales que Alberto Fernández utilizó casi todo el tiempo en tren de mantener el apoyo de las provincias.

El Gobierno insiste en que sigue teniendo el respaldo popular, a pesar de que la inflación estimada para el primer cuatrimestre de mandato se dispara hacia la zona del 100 por ciento. Es un tema que preocupa a algunos funcionarios que comprenden que, sin consenso social, avanzar con reformas tan profundas se hará muy cuesta arriba. “Sabíamos que el camino iba ser difícil”, reconoce el Presidente. Pero sigue apostando más que nunca a lo que denomina “las fuerzas del cielo”, ese cielo espiritual al que busca acercarse cada vez más con su visita de alto impacto a Israel.